Ante aumento indiscriminado de los precios de los alimentos la MSA exige la creación de una Reserva Nacional de Alimentos para favorecer a la agricultura campesina nacional.
La Mesa por la Soberanía Alimentaria (MSA), integrada por 22 organizaciones y redes a nivel nacional, unidas desde 2013 por el objetivo común de alcanzar la Soberanía Alimentaria en El Salvador, en el marco del incesante. incremento de precios de los alimentos, expone que:
-Incremento del costo de la vida agrava el hambre en El Salvador
-Entre enero 2021 y enero 2022 se ha registrado una inflación acumulada arriba del 6.5%, siendo la inflación más alta de Centroamérica que no se había alcanzado desde hace más de 25 años.
-Aunque este es un problema mundial ligado a la pandemia, la crisis logistica, el alza en los fletes y en el petróleo, en el país la situación es agravada por el efecto especulativo del incremento al salario mínimo, las compras de granos básicos a otros países y sobre todo por la incapacidad e inoperancia del Gobierno para regular el mercado de alimentos, limitándose al monitoreo de los incrementos, sin tomar ninguna medida para controlar la escalada de precios.
-El incremento de precios de la canasta básica alimentaria (CBA) va a continuar a lo largo de todo el presente año debido a la reducción en la producción nacional de alimentos en 2021, la reducción en la siembra proyectada para 2022² y a causa del incremento mundial de los precios por la guerra entre Rusia y Ucrania².
-Pese a que es en el campo donde se producen los alimentos, las zonas rurales del país son las más afectadas, pues el aumento del costo de la canasta básica alimentaria (CBA) urbana subió 6.8 % al cierre de 2021, mientras que en la rural subió 7.2 %6.4
-Según informe de la FAO y el pronóstico de la Oficina de la ordinación de Asuntos Humanitari de las: Naciones Unidas (OCHA), para el periodo de marzo a mayo de 2022, se prevé que más de 900 mil salvadoreños se encontrarian en situación de crisis o emergencia alimentaria.
-Las familias se han visto en la grave necesidad de reducir la porción de alimento en el plato o de suprimir tiempos de comida, afectando principalmente a la niñez y a las mujeres. La población se encuentra desprotegida ante la ausencia de medidas gubernamentales efectivas que están marcadas por el descontrol de precios. Reducción de la producción nacional de alimentos e incremento de las importaciones
-El volumen de producción de los tres granos básicos principales se ha estancado o ha caído en los últimos años. Según las estadísticas del MAG, en el caso del maiz blanco se produjeron para la cosecha 2011/2012 16 millones 640 mil quintales y para el periodo agrícola más reciente 2019/2020 apenas se incrementó a 17 millones 292 mil quintales. A lo largo de esos años hubo cosechas anuales que superaron los 20 millones de quintales.
-En el caso del frijol rojo ha venido disminuyendo, pues según el MAG en el período agrícola 2014/2015 se produjeron 2 millones 626 mil quintales y en el período agrícola 2019/2020, los datos más recientes arrojan que se redujo a 2 millones 210 mil quintales.
-En el caso del arroz es similar para el mismo periodo. Según el MAG en el periodo agricola 2014/2015 se produjeron 910 mil quintales y en el período agricola 2019/2020 se redujo a 607 mil quintales. En cualquiera de los tres casos, vemos como la producción nacional ha venido cayendo y eso está provocando encarecimiento de los productos al consumidor. un
– La política agrícola gubernamental ha dejado en el abandono a los productores agrícolas campesinos y en su lugar se ha asumido la politica de incrementar las importaciones de alimentos, pues durante la pandemia se compraron entre 100 y 120 mil toneladas de granos básicos. Antes de terminar el 2021, ingresarian alrededor de otras 115 mil toneladas más de maiz blanco.
-Según el Banco Central de Reserva (BCR) la importación de hortalizas ha incrementado de 7 millones 807 mil quintales en 2011 a casi 11 millones de quintales en 2020.
-Una de las causas de la baja en la producción son los altos costos del cultivo y sobre todo el bajo precio que pagan los intermediarios a las y los productores por sus productos agrícolas. Este bajo precio contrasta con los altos precios que pagamos todos los consumidores por los alimentos.